lunes, 8 de febrero de 2010

Jonny, "el simpático".

Esta vez toca hablar de Jonny. Yo le conocí porque hacía Bachillerato con una amiga mía. En principio, no me atrajo en ningún momento, de hecho tenía ciertos defectos físicos que, perdón por frivolizar, pero me espantaban. Eso sí, siempre me pareció muy simpático.
Al cabo de encontrarmelo varias veces, mi amiga comenzó a decir que Jonny me tiraba los trastos. Sinceramente, es raro que yo no me de cuenta cuando eso sucede, pero realmente en cuanto me fijé era así, me estaba tirando los trastos las veces que nos veíamos y yo no me había dado ni cuenta. La gota que colmó el vaso llegó cuando él le confesó a mi amiga que "le ponían mis tetas". Mi amiga se lo contó a mis amigas y todas estaban seguras de que Jonny y yo acabaríamos follando, vulgarmente hablando.
Yo lo negué en repetidas ocasiones. "Jamás, no me pone ¡nada!". Y no era incierto, pero a veces el saber que tienes cierto poder de seducción sobre alguien hace que te llame la atención. Y lo dicho, era simpático, el típico chico con mucha labia. Me lo empecé a pensar las demás veces en que coincidimos, a la par que les decía a mis amigas que aquello nunca ocurriría, y una noche de verano me lo encontré en una discoteca. Aquella noche prácticamente todo el local había decidido comenzar el verano con bastantes grados de alcohol en el cuerpo. Yo no estaba borracha, pero decidí hacer como que a mí también me había afectado el vodka azul.

Me acerqué a él -que no iba borracho, pero sí que llevaba alguna copa de más- y le dije "Jonny, tengo que hablar contigo, ven un momento". Se lo dije toda seria, y él debió de alucinar, porque no habíamos hablado nunca más allá de las ocasiones en que nos habíamos encontrado en cenas o fiestas. Su cara reflejaba un poco esa alucinación, ya que se notaba que estaba extrañado. Me lo llevé a una columna y sin tapujo alguno (cosa rara en mí) le dije: "Se comenta que te ponen mis tetas". Él intentó responder, seguramente intentando justificarse pensando que sería necesario, pero le corté antes de que emitiera sonido alguno. "Y tengo otra duda... ¿también te pone esto?". Me lancé a su cuello, los besitos lentos por el cuello nunca fallan. Ni lametazos, ni chupetones, ni succionamiento vampírico. Simples roce de los labios con el cuello. Evidentemente, él no se apartó, sino que en seguida buscó mi boca con la suya.
Así estuvimos hasta que prácticamente había cerrado el local. Estabamos en un lugar de veraneo, así que nos dirigimos a nuestros respectivos apartamentos durante nuestra estancia allí. Cada uno estaba en un complejo distinto, pero estabamos muy cerca. Le invité a venirse a mi habitación, pero esto no le hizo mucha gracia a mis amigas, que querían descansar después de haber amortizado el vodka. No hubo problema, sus amigos no tenían problema alguno en acoplarse tres en dos camas y dejarnos una habitación.
Llegamos a su apartamento, sin soltarnos, como si fuesemos la típica pareja de novios -aunque ahí no había amor, solo sexo y complicidad-, y nos sentamos en el sofá. Sus amigos, "oportunos" ellos, se hicieron un vaso de leche antes de dormir. La cocina era americana, así que allí estaba yo, con cuatro personas que apenas eran conocidos, un sofá, un call-TV sonando de fondo en la televisión sin que nadie le hiciera caso y sobre el banco de la cocina, vasos de leche y Golden Grahams. Cuando acabaron, por fin se fueron a dormir.
Se me ha olvidado mencionar que el chico era de mi edad, 18 años, (en mi caso 17 este verano porque soy de finales de año). No suelo "liarme" con chicos de mi edad, no me gusta. Son inmaduros, e incluso para solo sexo, eso importa, porque hay ciertas actitudes que no soporto. Eso con él no fue un problema en ningún momento, en su caso no me quejo. Como decía, se fueron a dormir sus amigos, y claro, lo propio en un apartamento con gente de esa edad y antes de hacerlo, aún sabiendo perfectamente que lo vas a hacer, es hacer el amago de decir "bueno, vámonos tú y yo a dormir a la habitación". Y así fue.

Cuando llegamos a la habitación, perdió todo el sentido aquel amago de intento de dormir que habíamos fingido minutos antes: nada más tumbarme en la cama, se puso encima mío y me quitó la camiseta. Creo que en todo el camino no le había bajado la erección que comenzó en la discoteca. O eso, o le ponen a cien los cereales y los call-TV, porque en seguida dirigió mi mano bajo sus pantalones. No fue necesario que yo hiciera lo mismo bajo mi falda, ya lo supo hacer él solo. Y a penas unos minutos de preliminares fueron suficiente para empezar a hacerlo. Primero empezamos con él encima, pero la verdad es que no estaba notando demasiado. Un concierto de gemidos fingidos para ver si se animaba un poco el asunto, no fueron suficiente... Él estaba disfrutando, pero yo no.
No sé ni como descubrí una postura hasta entonces desconocida para mí. Él se sentó en la cama apoyándose en la pared, y yo me puse de espaldas, con una pierna a cada lado de su cadera. Lo cierto es que no es una postura muy cómoda, pero a partir de ese momento, fue absolutamente brutal, pese a la incomodidad. Cuando acabamos, además, él lo completó con un oral que fue exactamente lo que me apetecía en ese momento, sin haberlo pedido siquiera.
Como ya eran sobre 9 de la mañana, me vestí con lo que llevaba puesto antes y me quedé a dormir. Eso sí, aunque en la misma habitación, cada uno en una cama, que ya estábamos cansados. A mediodía, me despertó preguntándome si me quedaba a comer. Al parecer ya estaban todos en pie, menos yo. Me quedé a comer y fue una agradable comida. No olvidemos que es un chico muy simpático.
Me lo he vuelto a encontrar un par de veces desde verano hasta hoy, y como si nada. Dos besos, y un poco de conversación. Hasta la próxima, que estoy segura de que la habrá cuando volvamos a tener una ocasión y un lugar así.

2 comentarios:

  1. Eso es muy cierto, al menos en mi caso, saberme deseada, es un afrodisiaco casi irresistible, que bueno que Jonny era simpatico, yo un día me deje llevar, solo por saberme deseada, con un tipo de lo más pesado, fue el peor sexo de mi vida :S

    Creo que algo de gustillo o simpatia debe de haber de mi parte, para no llevarme un chasco.

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  2. qUE FUERTE :O cuando esto pasa...Ni de relajo quiero que me intente suceder.

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